CIUDAD DE MÉXICO, 10 Jun. (Agencia Reforma) -
Es vital que la nueva Administración aborde las brechas de infraestructura que hay en el País para abrir paso al nearshoring, aseveró S&P Global Ratings.
En esta Administración las inversiones en infraestructura se concentraron en la refinería Olmeca, el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), mientras que en se recortó el gasto en sectores como transmisión y generación de energía.
En este contexto, analistas de S&P consideraron que será un desafío para la nueva Administración "ponerse al día" y construir nueva infraestructura, sobre todo en sectores que puedan abrirle camino al nearshoring en México.
"(El nearshoring) presenta dificultades y oportunidades para la nueva Administración. Un mayor éxito en atraer inversión directa local y extranjera podría sentar las bases para un mayor crecimiento económico, lo que aumentaría la resiliencia económica del País", comentó la calificadora en un análisis tras los resultados electorales del 2 de junio.
S&P considera que una mayor participación de actores privados es clave para fomentar nueva infraestructura y mejorar la existente en México, dado el gran tamaño de las inversiones necesarias para atender nuevos activos de nearshoring.
"No obstante, un tema importante para la recién electa Presidenta y su equipo es cómo recuperar la confianza en el marco regulatorio del sector de infraestructura", añade.
Esto se debe a que en esta Administración la confianza se debilitó tras proyectos cancelados como el nuevo aeropuerto, gasoductos, las rondas petroleras, entre otros.
En el documento "100 pasos para la transformación" que presentó la virtual Presidenta electa Claudia Sheinbaum, se establece que de cara al nearshoring, el País se orientará a un "nuevo enfoque" de atracción de proyectos de inversión basado en la sostenibilidad, con salarios justos y dignos.
"No se trata, como sucedía antes de la 4T, de abrir las puertas a todo tipo de inversiones; incluso aquellas que podían resultar perjudiciales para el País. El nuevo enfoque debe guiarse por el principio de atraer inversiones sostenibles.
"Las nuevas inversiones deben respetar los derechos laborales y ofrecer empleos y salarios justos y dignos; no generar efectos disruptivos, sino que deben incorporar y enriquecer la vida de la comunidad en la que se instalan", indica.