Publicado 12/02/2024 07:55

MÉXICO.-Acapara atención obra política de Merino en Zona Maco

Archivo - Obra del artista Eugenio Merino expuesta en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid que ha comenzado esta mañana y finalizará el próximo 1 de marzo en el recinto de IFEMA / Madrid (España), a 26 de febrero de 2020.
Archivo - Obra del artista Eugenio Merino expuesta en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid que ha comenzado esta mañana y finalizará el próximo 1 de marzo en el recinto de IFEMA / Madrid (España), a 26 de febrero de 2020. - Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

CIUDAD DE MÉXICO , 12 Feb. (Agencia Reforma) -

Aunque mide mucho menos que las esculturas de gran formato e instalaciones que han sido dispuestas en los pasillos de Zona Maco, una pieza de contenido político y de tamaño discreto, pero con un mensaje contundente, ha acaparado las miradas y la atención de los asistentes a la feria de arte.

Este sábado, en uno de los días más ajetreados para el evento que se lleva a cabo en el Centro Citibanamex, la obra "Lavado de cara", del artista español Eugenio Merino, está generando conversaciones y, como es ya una tradición en este encuentro de arte contemporáneo, numerosas fotografías para redes sociales.

La pieza, una instalación ubicada en el espacio de la galería madrileña Memoria, consiste de un lavavajillas abierto que muestra en su bandeja 15 platos, todos relucientes, como nuevos, con los rostros de los últimos presidentes de México impresos en su cara visible.

Al frente, se mira la efigie del actual Mandatario, Andrés Manuel López Obrador, flanqueado por sus dos antecesores directos, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa, y con los retratos de Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas y sus homólogos anteriores en la fila.

"Básicamente, juega con la idea de la corrupción en el mundo", explica Merino (Madrid, 1975), en entrevista, sobre la obra que ha sido trasladada a muchos contextos distintos.

"Esta pieza está hoy aquí, habla localmente de una situación de un país, pero estuvo en Estados Unidos hablando de otra situación y estará también en España hablando de una situación que también está relacionada con la corrupción desde la muerte del dictador Francisco Franco", abunda.

La idea para esta serie de obras, explica, surgió cuando tuvo noticia de la tradición estadounidense de fabricar un plato conmemorativo con el rostro de un presidente cuando termina su periodo en el poder.

Al poner estos utensilios en un lavaplatos industrial, Merino sugiere que en el mundo, de manera mecánica y sistematizada, la corrupción de cada mandatario recibe un "lavado de cara" que perpetúa esta práctica nociva.

"Es una pieza que también contiene mucho 'humor', entre comillas, porque también es una pieza muy seria, y creo que el mexicano medio lo ha entendido como una representación de un estado, o de una política, en su país, entonces yo creo que lo ha entendido perfectamente", reflexiona sobre las reacciones que ha tenido su pieza en Zona Maco.

Merino está plenamente acostumbrado a que sus piezas generen reacciones hasta viscerales en el público, pues tocan fibras sensibles, heridas abiertas, asuntos inconclusos y rencores de corte social y político.

En el 2019, en la feria ARCO de Madrid, en colaboración con el artista Santiago Sierra (Madrid, 1966), puso a la venta una escultura monumental e hiperrealista del Rey Felipe VI, con la condición expresa de que el comprador debía quemarla antes de que transcurriera un año de la transacción, pero, al no encontrar quién lo hiciera, sus creadores la incendiaron ellos mismos.

Otra de sus obras más conocidas --y polémicas-- consistió en crear una escultura de Francisco Franco y guardarla en un refrigerador de refrescos, acción que le valió una demanda de la fundación que dice velar por la memoria del dictador.

"Las piezas que yo realizo, como Franco en la nevera, chocan mucho con una sociedad que aún no ha podido pasar de ese capítulo. De hecho, cuando yo hice esa pieza, fue la Fundación Franco la que me denunció. Imagínate, es como si en Alemania hubiera una 'Fundación Hitler...'", ironiza.

"Es curioso que en España hablemos de una democracia, pero tiene muchas barreras y muchos problemas con respecto a su propio pasado", concluye.

Para el artista, su crítica a la corrupción en clave mexicana ha generado atención particular en Zona Maco porque no corresponde con la mayoría de la oferta en eventos de su tipo.

"Yo creo que este tipo de piezas no están pensadas para ser vendidas, están pensadas para ser entendidas y para transmitir una idea. Suelen contrastar mucho con el propio mercado del arte contemporáneo, que suele ser mucho más de objetos decorativos, porque cualquier feria de arte contemporáneo tiene un porcentaje muy alto de objetos que están producidos exclusivamente para ser vendidos", juzga.

"El arte contemporáneo que yo realizo, que es más instalativo, más conceptual, está basado en hacer objetos con significado, y esa diferencia hace que el espectador esté dispuesto a entender algo más allá de, subjetivamente, si le gusta o no, que eso a mí me da exactamente igual", zanja.

Aun así, la pieza se vendió a pocas horas de abierta de la feria, anticipándose a la respuesta que sigue teniendo, ya como una de las obras que quedarán en la memoria de esta edición, la 20 de Zona Maco.

"Creo que trabajo mucho el lenguaje para que sea comprensible, primero, para mí, como actor principal, no me gusta estar delante de alguien y no ser capaz de explicar exactamente lo que yo tengo ahí, y tampoco me gusta que la obra se defina desde alguien ajeno a mí", plantea.

"No me gusta que los medios de comunicación, por ejemplo, definan mi obra; yo la defino antes. Tú me entrevistas y yo te digo 'esto es esto' y a partir de ahí cada uno puede pensar lo que quiera, pero nadie puede poner en duda que la propia obra la he definido yo antes, eso también es un problema para los artistas", apunta.

Para Alejandro de Villota, director de la Galería Memoria, "Lavado de cara" ha resonado con el público, también, porque hace un cuestionamiento democrático en un año que resulta crucial para el contexto mexicano.

"Yo creo que ha hecho un cuestionamiento sobre el poder que otorgamos a la democracia y los gobernadores, y un poco las contradicciones que tiene el poder democrático como una tiranía a veces del pueblo, y a veces las contradicciones ambivalentes que puede tener a lo que votas, o a lo que no votas, y cómo existe una rotación en la democracia donde a veces las impunidades en el uso del poder se lavan", pondera.

"Es un reflejo del país (México), pero también de cualquier otro país que tenga esa manera de gobernar, que es la democracia, que es la que hemos elegido como parte del desarrollo neoliberalista y, entonces, yo creo que es una pieza muy interesante que Eugenio hizo inicialmente en Estados Unidos y que adaptó, y que pensamos que era una pieza muy buena para el año de elecciones en México", pondera.

La edición 20 de Zona Maco cerrará sus puertas este domingo 11 de febrero, con novedades como un programa especial que incluye el proyecto expositivo "Forma", con el que se invitó a las 15 galerías con mayor trayectoria dentro de la feria a proponer esculturas de gran formato, o instalaciones, para ser dispuestas en los corredores y descansos del Centro Citibanamex.

Por otro lado, piezas de actualidad y con mensaje político, como" Lavado de cara", de Eugenio Merino, aguardan para ser descubiertas y comentadas por el público entre los más de 200 espacios de exposición, provenientes de 25 países.