MÉXICO, 22 May (EUROPA PRESS)
En un suceso que ha conmocionado a la ciudadanía y a las esferas gubernamentales, el tiroteo del martes en la capital mexicana dejó un saldo trágico con la muerte de dos colaboradores cercanos a la alcaldesa Clara Brugada. Las víctimas, identificadas como Ximena Guzmán y José Muñoz, fueron atacadas en lo que aparenta ser un elaborado acto criminal con claros indicios de haber sido "directo".
Según la investigación en curso, se presume la involucración de hasta cuatro individuos en este crimen. El presunto tirador aguardó por Guzmán y Muñoz, para después perpetrar el tiroteo y escapar en motocicleta. Este escape, planificado con precisión, incluyó al menos dos cambios de vehículos, facilitando así la fuga de los responsables fuera de Ciudad de México. Los vídeos de seguridad son pieza clave en esta reconstrucción.
Aunque la Fiscalía sigue explorando todas las pistas para esclarecer tanto los móviles como los posibles culpables tras el asesinato, se destaca el uso de una pistola 9 milímetros no vinculada previamente a otros delitos y el hallazgo de vehículos robados usados en la huida.
En respuesta a este lamentable evento, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha pedido cautela y responsabilidad en las especulaciones, prometiendo, a su vez, transparencia total durante la investigación. Por su parte, el secretario de Seguridad Ciudadana de Ciudad de México, Pablo Vázquez Camacho, reafirmó el compromiso de la ciudad contra la violencia y el empeño de llevar a los responsables, tanto ejecutores como ideólogos, ante la justicia.
Este incidente no sólo pone de relieve la complejidad y la premeditación detrás del crimen sino que también reitera la convicción de las autoridades de enfrentar y desmantelar las redes de violencia que amenazan la paz y seguridad de los habitantes de Ciudad de México.