MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho este jueves que se reunirá con los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y que les ha pedido que no acudan ni con sus abogados, ni con "sus asesores de las organizaciones supuestamente de defensa de Derechos Humanos".
"Sí, vamos a dialogar, estamos esperando que nos den sus puntos de vista acerca del planteamiento que les hice de que quiero hablar con ellos sin los abogados y sin sus asesores de las organizaciones supuestamente de defensa de Derechos Humanos, quiero hablar con ellos", ha contado el presidente mexicano.
"Ellos son gentes mayores, conscientes y quiero darles información que estoy seguro no les han proporcionado sus abogados y sus asesores, quiero que conozcan lo que ha venido sucediendo con la investigación. No tienen por qué terminar creyéndome, lo único que deseo es que ellos conozcan mi punto de vista", ha dicho.
No obstante, ha matizado que si los padres de las víctimas consideran oportuna la presencia de sus abogados en la reunión, así se hará, pero les ha transmitido que "al menos" en la primera reunión hacerlo según su propuesta.
"Si no lo consideran, de todas maneras los voy a recibir", ha dicho. El encuentro, ha explicado, no está previsto para estos días, pues las autoridades están esperando a conseguir más avances en la investigación. "Hay (...) gente que lo que busca es que quedemos mal", ha dicho.
López Obrador ha rechazado las críticas sobre la lentitud con la que estaría avanzando la investigación y ha subrayado que están buscando a los 43 desparecidos "como nunca" y que detrás de estas quejas hay "intereses politiqueros".
"Están utilizando este lamentable caso para sacar ventajas, no van a sacar absolutamente nada, pero hay gente que no quiere que se haga justicia, hay gente que vive de administrar conflictos, saca provecho del dolor humano", ha criticado.
Los 43 estudiantes de la escuela de formación de maestros rurales de Ayotzinapa desaparecieron el 26 de septiembre de 2014 en Iguala tras ser detenidos por policías locales, quienes los entregaron al grupo criminal Guerreros Unidos.
Durante años, el Gobierno de Enrique Peña Nieto difundió la que se dio a conocer como la 'verdad histórica', que fueron asesinados por este grupo al ser confundidos por una banda rival, para tapar la connivencia muchas veces denunciada de las autoridades policiales con el crimen organizado.