MONTERREY 11 Mar. (Agencia Reforma) -
Frente al difícil contexto del País por la violencia, crisis económica y enfermedades, el Arzobispo Rogelio Cabrera invitó ayer a la sociedad a no dejarse vencer por el desánimo.
En el cuarto domingo de Cuaresma Cabrera exhortó a la población a reflexionar sobre qué tanto están contribuyendo para mantener la alegría.
"No debemos permitir que nos gane el desánimo y la desesperanza que tanto daña nuestra salud física y espiritual, por eso les invito a que estemos siempre atentos al mensaje del Evangelio", dijo.
"Cristo viene a darnos la vida nueva, la salvación y Él mismo nos extiende su mano para acompañarnos hacia la luz en medio de un mundo en el que pareciera que las sombras son las dominantes, Él siempre está, nunca nos abandona".
El Arzobispo motivó a los creyentes a reconciliarse con Dios, con el prójimo y con sí mimos.
Y los llamó a que su presencia en la sociedad se distinga por el servicio, colaboración, entusiasmo y participación en actividades en beneficio de la comunidad.
"No es tiempo para permanecer indiferentes a lo que pasa en nuestro entorno", dijo el Arzobispo.
"Debemos ser realistas, conscientes, de que lo que ocurre y lo que vivimos nos está llamando también a compartir la alegría de vivir, de poder ser personas libres que no permitan que ninguna atadura las someta".
Cabrera pidió mirar hacia adelante con esperanza.
"No dejemos que el exceso de ruido en el entorno nos ensordezca, antes bien, hagamos un alto en el camino y en el silencio fortalezcamos nuestro compromiso por el bien de todos", añadió.