MÉXICO, 2 Jun (EUROPA PRESS)
En México se vivió un momento histórico el pasado domingo con la celebración de las primeras elecciones judiciales del país, evento que la presidenta Claudia Sheinbaum ha descrito como "todo un éxito", a pesar de la baja tasa de participación que apenas alcanzó el 12-13% del electorado, compuesto por unos 99 millones de personas. Esta baja afluencia no ha disminuido el entusiasmo de la mandataria, quien resaltó la participación de cerca de 13 millones de mexicanos que salieron a votar, marcando un precedente en la elección de los 2,600 cargos que componen el poder judicial.
La presidenta Sheinbaum ha criticado fuertemente la situación previa en la que, según sus palabras, el poder judicial fue "responsable de favorecer a miembros de la delincuencia organizada" y de que "millones de criminales" fueran liberados. Además, denunció que la mitad de los puestos eran ocupados por prácticas de nepotismo, donde la relación familiar, en lugar de las calificaciones, dictaba quién obtenía los cargos.
Con estas elecciones, Sheinbaum argumenta que el poder judicial ya no se concentrará "solo en manos de unos cuantos", y ensalzó el principio de que al margen de la ley no hay nada; por encima de la ley, nadie, haciendo eco del lema del expresidente Benito Juárez. De este modo, proclamó que México se convierte en "el país más democrático del mundo" y vive un "momento extraordinario" hacia la justicia y la democracia.
Estas declaraciones subrayan una fase de transformación en el sistema judicial mexicano, buscando una mayor equidad y transparencia en la designación de sus representantes. Este paso es visto como un avance significativo en el fortalecimiento del Estado de derecho y la democratización del país, según la visión del gobierno actual.