CIUDAD DE MÉXICO 1 Dic. (Agencia Reforma) -
La vida es eso que pasa cuando no nos damos cuenta. Son los pequeños momentos, las cotidianidades, los encargos. Este rehilete diario oculta las situaciones dolorosas y a veces, también, da por sentado el lado amable de las cosas.
De cotidianidad, momentos y dolor, va Tótem.
México, época actual. Sol (Naíma Sentíes) llega a la casa de los abuelos, dispuesta a celebrar el cumpleaños de su papá (Mateo García). Se encuentra con una casa en plena preparación del evento, una familia absorta en sus diferentes tareas. Pero percibimos el trasfondo melancólico: el festejado está muy enfermo.
La segunda cinta de Lila Avilés, que representará a México ante el Óscar, es básicamente la crónica de un día en el seno de una familia de clase media. Al igual que en La Camarista, hay una complejidad y a la vez, una sencillez en el relato; un acercamiento naturalista que parece documental.
La directora se aproxima a sus sujetos en forma orgánica: transparentando un ajetreo que recubre y anestesia los sentimientos. El ojo de la cámara es el nuestro y nos sentimos a ratos algo incómodos, espías de esa privacidad. Pero ese lente también nos regala momentos hipnóticos, especialmente al final.
El diseño de producción es sencillo y casero: las paredes de la cocina, los baños, las recámaras, los estantes y los libros viejos.
El foco está en las actuaciones: Naíma Sentíes está impresionante como la pequeña Sol; sobresalen Montserrat Marañón como Nuria, y Marisol Gasé como Alejandra, hermanas del festejado, interpretando tanto momentos chuscos, como dramáticos.
Esta cinta muy personal, no será para todos hay pausas y silencios, recados y monederos. La narrativa se engarza en la expectativa de Sol hacia la aparición en escena de su joven padre. El camuflaje de la tristeza bajo lo cotidiano y la normalidad. Un día vivimos y al siguiente, podemos ya no estar.
TÓTEM
Tres estrellas
Dirige: Lila Avilés
Actúan: Naíma Sentíes, Montserrat Marañón, Marisol Gasé
Duración: 95 min.