MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
El cáncer de mama es el cáncer más común en la mujer, aunque también afecta a los hombres. Entre el 10 y el 15 por ciento de los diagnósticos son casos de cáncer de mama triple negativo, uno de los subtipos más agresivos y con opciones terapéuticas más limitadas. Puede aparecer a cualquier edad, pero es de alta frecuencia en mujeres jóvenes, lo que tiene un gran impacto para las pacientes y su entorno.
Los conjugados anticuerpo-fármaco (ADC, por sus siglas en inglés) se imponen a la quimioterapia como posible nuevo estándar de tratamiento en primera línea para el cáncer de mama triple negativo metastásico, según revelan los resultados del ensayo clínico internacional 'Ascent-03', liderado por investigadores del International Breast Cancer Center (IBCC)-Pangaea Oncology (Barcelona) y el IOB Institute of Oncology Madrid.
Los ADC actúan como un 'caballo de Troya', dirigiéndose a los receptores -una especie de antenas- situados en la superficie de las células con una carga oculta de quimioterapia. Una vez que el conjugado se une al receptor, libera la quimioterapia dentro de la célula tumoral y la destruye selectivamente.
"Este estudio pone de manifiesto cómo los caballos de Troya son la mejor opción en el cáncer de mama triple negativo metastásico recién diagnosticado, lo que confirma que, cuando estos fármacos estén aprobados por las agencias reguladoras, habrán de valorarse como primera elección en estos pacientes", ha explicado el director del IBCC-Pangaea Oncology, Javier Cortés, primer firmante del trabajo que publica este domingo 'The New England Journal of Medicine'.
El estudio de fase III 'Ascent-03' ha incluido a 558 pacientes con cáncer de mama triple negativo previamente no tratadas y con cáncer localmente avanzado, no operable o metastásico en el momento del diagnóstico, que han sido reclutadas desde 229 centros ubicados en 30 países. Además, las pacientes incluidas no podían ser candidatas a otros tratamientos, los inhibidores de PD-1 o los de PD-L1, porque no sobreexpresaban estas proteínas o biomarcadores.
Las participantes fueron divididas en dos grupos, de forma que unas recibieran el ADC sacituzumab govitecán y otras el régimen de quimioterapia convencional.
MEJORAS EN SUPERVIVENCIA LIBRE DE PROGRESIÓN
Respecto al primer objetivo del estudio, la supervivencia libre de progresión de la enfermedad fue de 9,7 meses en las pacientes tratadas con sacituzumab govitecán, frente a los 6,9 meses en el grupo de pacientes que recibió quimioterapia. La tasa de respuesta objetiva fue del 48 por ciento en las primeras pacientes, con una duración de la respuesta de 12,2 meses, muy superior a la de aquellas tratadas con quimioterapia, de 7,2 meses.
"Hemos conseguido aumentar un 38 por ciento el control de la enfermedad, casi un 40 por ciento de mejoría, con el caballo de Troya (...) También hemos mejorado la mediana de tiempo hasta la progresión de la enfermedad en casi tres meses. Además, el tiempo de respuesta de las pacientes es mucho más prolongado, es decir, una paciente que responda a este tratamiento va a estar mucho más tiempo tratándose con el caballo de Troya que con la quimioterapia: con la quimioterapia está respondiendo unos siete meses, con el caballo de Troya por encima de un año", ha destacado el doctor Cortés.
En cuanto a la toxicidad de ambos tratamientos, hubo episodios adversos en el 66 por ciento de las pacientes tratadas con sacituzumab govitecán; principalmente neutropenia (43% de los casos), diarrea (9%) y leucopenia (7%). En el caso de las tratadas con quimioterapia, los eventos adversos se dieron en un 62 por ciento de pacientes; neutropenia (41%), anemia (16%) y leucopenia (13%). Pero la discontinuación del tratamiento fue menor, del cuatro por ciento en las pacientes de la rama de sacituzumab govitecán, frente al 12 por ciento en las de la rama de quimioterapia.
UNA "VUELTA DE TUERCA" PARA MEJORAR EL PRONÓSTICO
Javier Cortés, que ejercerá como ponente en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), donde se presentan estos resultados, ha subrayado que se trata del "estudio definitivo" que confirma que en todos los tipos de tumores de mama metastásicos los ADC deben utilizarse en primera línea. "Por supuesto, debemos seguir estudiando la importancia de estos caballos de Troya en otros tumores que no sean de mama y en otras líneas", ha apuntado.
Para el oncólogo, las conclusiones del estudio suponen un importante avance y una "vuelta de tuerca", permitiendo a las pacientes que reciben un diagnóstico de cáncer de mama triple negativo metastásico disponer de un nuevo tratamiento para mejorar su pronóstico.
"En los cánceres de mama triple negativos, tenemos dos grupos de pacientes. En uno de ellos, el 35-40 por ciento de las pacientes expresan la proteína PD-L1 y, en el otro, no la expresan. Ahora, sabemos que ambos grupos de pacientes, los dos, deben ser tratados con los caballos de Troya. Además, en los pacientes PD-L1 añadiremos la inmunoterapia, de manera que recibirán un caballo de Troya más inmunoterapia. En cambio, en los PD-L1 negativos, administraremos un caballo de Troya sin inmunoterapia", ha explicado el experto.
Además, ha señalado que los nuevos resultados abren la puerta a investigar cómo combinar los ADC con otros fármacos, por ejemplo, con fármacos de inmunoterapia, en todos los tipos de cáncer triple negativo, tengan o no la expresión de PD-L1; cómo combinar distintos conjugados entre sí; y estudiar si pueden aplicarse al cáncer de mama temprano triple negativo, con el fin de poder curar a más pacientes.