Publicado 03/12/2025 06:11

La ayuda humanitaria sufre en 2024 su mayor caída financiera, con un descenso del 10% respecto a 2023

IECAH y MSF alertan de la degradación del sistema internacional en pleno aumento de la militarización

Archivo - Una familia palestina a su llegada a Beit Lahia, en la Franja de Gaza, en el marco de la ofensiva de Israel contra el enclave tras los ataques del 7 de octubre de 2023 (archivo)
Archivo - Una familia palestina a su llegada a Beit Lahia, en la Franja de Gaza, en el marco de la ofensiva de Israel contra el enclave tras los ataques del 7 de octubre de 2023 (archivo) - NOUR ALSAQQA/MSF - Archivo

MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

El sistema humanitario está sufriendo la mayor caída financiera de su historia, con 2024 registrando la mayor caída documentada hasta la fecha --tras tres décadas de crecimiento sostenido entre 1998 y 2022--, con unos 4.307 millones de euros menos que en 2023, un descenso cercano al 10%, según un informe presentado este miércoles por el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y Médicos Sin Fronteras (MSF).

El informe 'La acción humanitaria en 2024-2025: un sistema en crisis, entre recortes, búsqueda de legitimidad y necesidad de reformas urgentes', presentado en la sede de MSF en Madrid, resalta que entre 1998 y 2022 se pasó de 6.202 a 39.710 millones de euros destinados a ayuda, si bien desde entonces se ha entrado en una espiral descendente acelerada en 2024.

Así, muestra que, si bien la cifra en 2023 fue de cerca de 39.366 millones de euros, el año pasado cayó hasta los 35.317 millones de euros, aproximadamente 4.049 millones de euros menos, mientras que alerta de que las cifras indican que esta tendencia continuará en 2025, lo que agravará la brecha entre unas necesidades crecientes y una disminución de los recursos disponibles.

El texto muestra que el recorte en 2025 podría llegar a ser del 34% respecto a 2024 y del 45% respecto a 2023, un año en el que ya se empezó a documentar un descenso de la financiación, si bien fue moderada y centrada más en los fondos privados que en los públicos, algo que no fue el caso en 2024, cuando la mayor parte de la caída provino de los donantes públicos, que aglutinan 3.105 millones de euros del recorte.

En este sentido, apunta que, si bien cuatro de los 20 principales donantes aumentaron en más de un 5% en el último año, países como Alemania y Canadá han reducido desde 2022 sus aportaciones un 46 y un 53%, respectivamente. Asimismo, Estados Unidos destaca por su disminución de la ayuda no tanto por el porcentaje, un 10% menos, como por el volumen, ya que eso equivale a unos 1.464 millones de euros.

En esta línea, resalta que la ONU y otras instituciones pierden eficacia y legitimidad, mientras que los gastos en defensa baten máximos y el número de desplazados a la fuerza de sus hogares duplica ya el dato registrado hace una década, con Ucrania, la Franja de Gaza y Sudán como "los escenarios más representativos de violencia prolongada y desproporcionada".

Durante el periodo analizado, los Territorios Palestinos Ocupados se convirtieron en el mayor receptor de fondos, con un total de unos 2.498 millones de euros --un 51% más que en 2023--, mientras que Ucrania sufrió una caída de un 25% por segundo año consecutivo --bajando de 3.187 a 2.412 millones de euros-- y en Siria bajó de 3.015 a 1.464 millones de euros, quedando por debajo de la mitad de la entregada en 2023.

En el caso de la ayuda oficial al desarrollo (AOD) de España, aumentó un 11,87% en 2024 respecto al año anterior, situándose en 4.021,5 millones de euros, lo que refleja una recuperación tras la caída de 2023, si bien el peso relativo de estos fondos sobre la renta nacional bruta se mantiene en el 0,25% --lejos del compromiso del 0,7%--, mientras que a la acción humanitaria se destinaron 174,17 millones de euros, una disminución del 18,52%.

"UN NOMBRE PROPIO"

Jesús Núñez, codirector del IECAH, ha apuntado a "un panorama internacional turbio" y ha destacado que esta situación "tiene un nombre propio", en referencia al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien ha tildado de "perturbador en jefe" y "antidemócrata en jefe" y a quien acusado de "provocar el colapso" del orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial.

Así, ha reseñado que desde su vuelta a la Casa Blanca se ha impulsado "una visión" que lleva a Trump y otros "personajes iluminados" a "creer que cualquier filtro, por imperfecto que sea, molesta porque les quita un margen de maniobra", poniendo como ejemplo la ONU o las normas del Derecho Internacional.

Núñez ha hecho hincapié en que existe "un empeño claro de hacer colapsar ese orden internacional para ir a la ley de la jungla" y ha lamentado la existencia de "una descarnada lucha por el poder" y la presencia de "un factor imperialista nada escondido" en países como Estados Unidos, Rusia o China. "Es preocupante para todos los demás", ha explicado, antes de alertar del "auge del autoritarismo" a nivel mundial.

En esta línea, Francisco Rey, codirector del IECAH, ha puntualizado que "este año marca un cierto punto de inflexión" debido a que en 2024 se documentara "el retroceso más grande" en la financiación internacional y ha dicho que los datos disponibles sobre 2025 "son todavía más descorazonadores", dado que "los recortes tienen rostro humano".

Rey ha argumentado que se han registrado "cambios preocupantes de cara al futuro", poniendo como ejemplo "ocurrencias" como la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), de la que ha dicho que ha realizado un trabajo "absolutamente nefasto" y que representa "un modelo perverso de privatización de la ayuda", así como la "hiperpriorización del trabajo humanitario" derivada de los recortes.

IMPACTO DE LOS RECORTES

Por ello, el informe advierte de que la falta de fondos está teniendo "graves repercusiones" en el acceso a servicios médicos vitales, especialmente en contextos de conflicto, con un impacto en los programas para la prevención y tratamiento de la malaria, la lucha contra el VIH, la tuberculosis, la desnutrición y los servicios de salud sexual y reproductiva.

En este contexto, la lucha contra la malaria, que en 2023 dejó cerca de 600.000 muertes a nivel mundial, se ha visto "especialmente comprometida" en muchos países africanos, mientras que la salud sexual y reproductiva ha sufrido un retroceso "drástico" por la cancelación de fondos destinados a anticonceptivos, atención prenatal y respuesta a la violencia sexual.

A ello se suma el aumento de los ataques contra misiones médicas y humanitarias, con la directora general de MSF, Raquel Ayora, apuntando a que "la mayor parte de los ataques son perpetrados por actores estatales", lo que supone "un cambio brutal". "Los que más sufren son los compañeros locales", ha señalado, al tiempo que ha lamentado que "no hay investigaciones ni sistema efectivo de rendición de cuentas".

Ayora ha sostenido que la labor de las ONG "representa algo muy importante, motivo por el que está en el punto de mira de la Administración Trump" y ha alertado de que las cifras apuntan a que los recortes podrían provocar más de catorce millones de muertes prevenibles de cara a 2030, con unos indicadores preliminares que permiten vislubrar "el tamaño de la tragedia".

"Los indicadores de aproximación del impacto en mortalidad ya los estamos viviendo y nuestros equipos los sufren sobre el terreno", ha manifestado, antes de indicar que estos recortes tienen entre sus principales afectados los programas en el área de salud sexual y reproductiva, "uno de los principales factores de mortalidad".

De esta forma, ha argüido que "en gran parte" de estos conflictos se está dando "una confluencia" entre los recortes y el aumento de la violencia, como en el caso del este de República Democrática del Congo, al tiempo que ha subrayado que esto se ve ahondado por una tendencia "desde hace años" a reducir actividades en zonas en conflicto, lo que provoca que ahora el sistema humanitario se encuentra con que "no tiene socios" con capacidad.

"Construir esas capacidades requiere años de inversión", ha dicho Ayora, que ha agregado que "en los dos próximos años, el nivel de las crisis de salud se va a incrementar y habrá que reaccionar mucho más rápido", especialmente mientras el mundo entra "en la era de los genocidios" y en una "nueva normalidad" en la que "todo es aceptable" sin que haya una respuesta firme de la comunidad internacional.

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