MADRID 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), Rafael Bañares, ha expresado su confianza en que el Plan Operativo 2025-2028 de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad sirva como "primera piedra de toque" para cambiar el rumbo actual de las enfermedades hepáticas y mejorar la respuesta del Sistema Nacional de Salud (SNS) ante el incremento de su prevalencia.
El Plan, aprobado en la última reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), impulsa la continuidad asistencial, la coordinación entre niveles, la equidad y el protagonismo de pacientes y personas cuidadoras. Todo ello para reforzar la cohesión del SNS y garantizar respuestas adaptadas a la diversidad de situaciones que plantea la cronicidad en España.
La AEEH ha destacado su acuerdo con este abordaje, que considera particularmente acertado y necesario para revertir el preocupante crecimiento, y a edades cada vez más tempranas, de las enfermedades hepáticas relacionadas con el consumo de alcohol, la obesidad y la diabetes.
Los hepatólogos esperan que este Plan sirva como marco para el desarrollo de las recomendaciones del Plan de Salud Hepática Reto 2032, elaborado por la AEEH, que incorpora estrategias para frenar el creciente aumento de casos de hígado grado y enfermedad hepática por consumo de alcohol, que han desplazado a las hepatitis víricas como primera causa de cáncer hepático.
Según han detallado, su preocupación principal se centra en la esteatosis hepática metabólica, más conocida como hígado graso, que afecta ya a más de 10 millones de españoles, de los que dos millones presentarían inflamación y 400.0000 cirrosis, con una mortalidad que, si no se cambia su abordaje, se duplicará de aquí a 2030.
De ahí que el documento de la AEEH proponga valorar el hígado graso como un factor más de riesgo cardiovascular y desarrollar en Atención Primaria (AP) una estrategia de detección precoz dirigida a todos los pacientes con obesidad, diabetes, hipertensión y dislipemia. En concreto, recomienda la incorporación del FIB4, un sencillo marcador de fibrosis hepática basado en la edad, los niveles de transaminasas y el recuento de plaquetas, en los análisis rutinarios de estos pacientes y la realización posterior de una elastografía de transición o fibroscan a los pacientes con resultados positivos en el FIB4.
Además, los hepatólogos han destacado el potencial de las nuevas posibilidades terapéuticas que se abren con el fármaco resmetiron, ya autorizado en Estados Unidos y que se espera pueda ser aprobado en Europa en los próximos meses, que es capaz de atenuar la inflamación y la fibrosis hepática. En la misma línea, esperan la incorporación de los agonistas del receptor GLP1, indicados para diabetes y obesidad, que han mostrado eficacia para disminuir la fibrosis hepática en ensayos clínicos.
Junto a la anticipación y las nuevas posibilidades terapéuticas, los hepatólogos han apuntado a la prevención como el tercer pilar fundamental en una estrategia de país frente al hígado graso. "Es necesario cambiar los hábitos de consumo y los estilos de vida que están detrás de la obesidad y la diabetes, y ese es un reto transversal que puede ser impulsado mejor desde una estrategia común para el abordaje de la cronicidad", ha concluido Rafael Bañares.