Publicado 11/11/2025 23:01

Los abejorros pueden ser entrenados para diferenciar entre destellos de luz largos y cortos

Archivo - En el experimento, las plantas de colinabo polinizadas por abejorros se adaptaron mejor a diferentes tipos de suelo.
Archivo - En el experimento, las plantas de colinabo polinizadas por abejorros se adaptaron mejor a diferentes tipos de suelo. - ISTOCK.COM/MAYCA - Archivo

MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) han demostrado por primera vez que un insecto, en concreto el abejorro Bombus terrestris, puede decidir dónde buscar alimento basándose en diferentes duraciones de señales visuales.

El estudio, publicado en 'Biology Letters' demuestra que los abejorros pueden ser entrenados para diferenciar entre destellos de luz largos y cortos.

En código Morse, un destello breve o 'punto' representa la letra 'E', y un destello prolongado o 'raya' representa la letra 'T'. Hasta ahora, la capacidad de distinguir entre 'punto' y 'raya' solo se había observado en humanos y otros vertebrados como los macacos o las palomas.

El estudiante de doctorado Alex Davidson y su supervisora, la doctora Elisabetta Versace, profesora titular de Psicología en Queen Mary, dirigieron un equipo que estudió esta capacidad en las abejas. Construyeron un laberinto especial para entrenar a las abejas a encontrar una recompensa de azúcar en uno de dos círculos parpadeantes, mostrados con una duración de destello larga o corta. Por ejemplo, cuando el destello corto, o 'punto', se asociaba con el azúcar, el destello largo, o 'raya', se asociaba con una sustancia amarga que las abejas detestan.

En cada sala del laberinto, se cambió la posición del estímulo de 'punto' y 'raya' para que las abejas no pudieran guiarse por referencias espaciales. Después de que las abejas aprendieron a dirigirse directamente al círculo intermitente asociado con el azúcar, se las puso a prueba con luces intermitentes pero sin azúcar, para comprobar si sus elecciones se debían a la luz intermitente o a las señales olfativas o visuales presentes en el azúcar.

Era evidente que las abejas habían aprendido a distinguir las luces en función de su duración, ya que la mayoría de ellas se dirigían directamente a la duración de luz intermitente "correcta" previamente asociada con el azúcar, independientemente de la ubicación espacial del estímulo.

Alex Davidson comenta: "Queríamos averiguar si los abejorros podían aprender a distinguir entre estas diferentes duraciones, y fue muy emocionante verlos hacerlo".

"Dado que las abejas no se encuentran con estímulos luminosos en su entorno natural, es notable que hayan podido tener éxito en esta tarea. El hecho de que pudieran rastrear la duración de los estímulos visuales podría sugerir una extensión de una capacidad de procesamiento del tiempo que ha evolucionado para diferentes propósitos, como el seguimiento del movimiento en el espacio o la comunicación".

"Alternativamente, esta sorprendente capacidad para codificar y procesar la duración del tiempo podría ser un componente fundamental del sistema nervioso, intrínseco a las propiedades de las neuronas. Solo futuras investigaciones podrán abordar esta cuestión".

Los mecanismos neuronales implicados en la capacidad de llevar la cuenta del tiempo durante estas duraciones siguen siendo en gran parte desconocidos, ya que los mecanismos descubiertos para sincronizarse con el ciclo de luz diurna (ritmos circadianos) y los cambios estacionales son demasiado lentos para explicar la capacidad de diferenciar entre una 'raya' y un 'punto' con diferente duración.

Se han propuesto diversas teorías que sugieren la presencia de uno o varios relojes internos. Ahora que se ha descubierto en los insectos la capacidad de diferenciar la duración de los destellos de luz, los investigadores podrán poner a prueba distintos modelos en estos "cerebros en miniatura", de menos de un milímetro cúbico.

Elisabetta Versace continúa: "Muchos comportamientos animales complejos, como la navegación y la comunicación, dependen de la capacidad de procesamiento temporal. Será importante emplear un enfoque comparativo amplio entre diferentes especies, incluidos los insectos, para esclarecer la evolución de dichas capacidades. La duración del procesamiento en los insectos evidencia la resolución de tareas complejas con un sustrato neuronal mínimo. Esto tiene implicaciones para los rasgos cognitivos complejos en las redes neuronales artificiales, que deberían buscar la máxima eficiencia para ser escalables, inspirándose en la inteligencia biológica".

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