Publicado 16/09/2025 03:30

La cultura supera a la genética como principal fuerza evolutiva humana

La evolución humana parece estar cambiando de marcha
La evolución humana parece estar cambiando de marcha - UNIVERSIDAD DE MAINE

   MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores de la Universidad de Maine teorizan que los seres humanos podrían estar en medio de un importante cambio evolutivo, impulsado no por los genes, sino por la cultura.

   En un artículo publicado en BioScience, Timothy M. Waring, profesor asociado de economía y sostenibilidad, y Zachary T. Wood, investigador en ecología y ciencias ambientales, argumentan que la cultura está superando a la genética como la principal fuerza que configura la evolución humana.

   "La evolución humana parece estar cambiando de marcha", afirmó Waring en un comunicado. "Cuando aprendemos habilidades, instituciones o tecnologías útiles unos de otros, heredamos prácticas culturales adaptativas. Al analizar la evidencia, descubrimos que la cultura resuelve problemas mucho más rápidamente que la evolución genética. Esto sugiere que nuestra especie se encuentra en medio de una gran transición evolutiva".

   Las prácticas culturales, desde los métodos agrícolas hasta los códigos legales, se propagan y adaptan mucho más rápido que los genes, lo que permite a los grupos humanos adaptarse a nuevos entornos y resolver problemas novedosos de maneras que la biología por sí sola jamás podría igualar. Según el equipo de investigación, esta transición evolutiva a largo plazo se remonta a tiempos remotos, se está acelerando y podría definir nuestra especie durante milenios.

LA CULTURA AHORA SE ADELANTA A LA ADAPTACIÓN GENÉTICA

   "La evolución cultural se come a la evolución genética en el desayuno", dijo Wood, "ni de lejos".

   Waring y Wood describen cómo, en el entorno moderno, los sistemas culturales se adaptan tan rápidamente que rutinariamente se adelantan a la adaptación genética. Por ejemplo, las gafas y la cirugía corrigen problemas de visión que los genes antes dejaban a la selección natural.

   Tecnologías médicas como las cesáreas o los tratamientos de fertilidad permiten a las personas sobrevivir y reproducirse en circunstancias que antes habrían sido fatales o estériles. Estas soluciones culturales, argumentan los investigadores, reducen el papel de la adaptación genética y aumentan nuestra dependencia de sistemas culturales como hospitales, escuelas y gobiernos.

   "Pregúntate esto: ¿qué es más importante para tu vida personal, los genes con los que naces o el país donde vives?", preguntó Waring. Hoy en día, tu bienestar está determinado cada vez menos por tu biología personal y más por los sistemas culturales que te rodean: tu comunidad, tu nación, tus tecnologías. Y la importancia de la cultura tiende a crecer a largo plazo porque esta acumula soluciones adaptativas con mayor rapidez.

   Con el tiempo, esta dinámica podría significar que la supervivencia y la reproducción humanas dependan menos de los rasgos genéticos individuales y más de la salud de las sociedades y su infraestructura cultural.

   Pero esta transición conlleva un giro inesperado. Dado que la cultura es fundamentalmente un fenómeno compartido, tiende a generar soluciones grupales.

LA CULTURA ES COSA DE GRUPO

   Utilizando evidencia de la antropología, la biología y la historia, Waring y Wood argumentan que la adaptación cultural a nivel grupal ha estado moldeando las sociedades humanas durante milenios, desde la expansión de la agricultura hasta el surgimiento de los estados modernos. Señalan que hoy en día, las mejoras en la salud, la longevidad y la supervivencia provienen, sin duda, de sistemas culturales grupales como la medicina científica y los hospitales, la infraestructura sanitaria y los sistemas educativos, más que de la inteligencia individual o el cambio genético.

   Los investigadores argumentan que si los humanos estamos evolucionando para depender de la adaptación cultural, también estamos evolucionando para volvernos más orientados y dependientes del grupo, lo que indica un cambio en lo que significa ser humano.

   Una transición más profunda En la historia de la evolución, la vida a veces experimenta transiciones que cambian lo que significa ser un individuo. Esto ocurrió cuando las células individuales evolucionaron para convertirse en organismos multicelulares y los insectos sociales evolucionaron en colonias ultracooperativas. Estas transiciones de individualidad transforman la forma en que la vida se organiza, se adapta y se reproduce. Los biólogos se han mostrado escépticos ante la posibilidad de que dicha transición se esté produciendo en humanos.

   Pero Waring y Wood sugieren que, dado que la cultura es fundamentalmente compartida, nuestro cambio hacia la adaptación cultural también implica una reorganización fundamental de la individualidad humana, hacia el grupo.

   "La organización cultural hace que los grupos sean más cooperativos y eficaces. Y los grupos más grandes y capaces se adaptan, mediante el cambio cultural, con mayor rapidez", afirmó Waring. "Es un sistema que se refuerza mutuamente, y los datos sugieren que se está acelerando".

   Por ejemplo, la ingeniería genética es una forma de control cultural del material genético, pero requiere una sociedad grande y compleja. Por lo tanto, en un futuro lejano, si la transición hipotética llega a completarse, nuestros descendientes podrían dejar de ser individuos genéticamente evolutivos, y convertirse en "superorganismos" sociales que evolucionan principalmente mediante el cambio cultural.

UNA TEORÍA COMPROBABLE

   Los investigadores enfatizan que su teoría es comprobable y presentan un sistema para medir la velocidad de la transición. El equipo también está desarrollando modelos matemáticos e informáticos del proceso y planea iniciar un proyecto de recopilación de datos a largo plazo próximamente. Sin embargo, advierten contra la consideración de la evolución cultural como progreso o inevitabilidad.

   "No sugerimos que algunas sociedades, como las que poseen mayor riqueza o mejor tecnología, sean moralmente 'mejores' que otras", dijo Wood. "La evolución puede generar tanto buenas soluciones como resultados brutales. Creemos que esto podría ayudar a toda nuestra especie a evitar las consecuencias más brutales".

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