Publicado 11/08/2025 08:43

Investigadores descubren que las amebas tecadas colonizan tanto aguas dulces como saladas

Archivo - Tomando muestras de agua y sedimento del “Salar Grande”, en el desierto de Atacama, Chile.
Archivo - Tomando muestras de agua y sedimento del “Salar Grande”, en el desierto de Atacama, Chile. - LEONARDO FERNÁNDEZ. RJB-CSIC - Archivo

   MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -

   El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Real Jardín Botánico (RJB) ha llevado a cabo un estudio, publicado en 'Environmental DNA' y que forma parte del proyecto 'Myxotropic', en lagunas saladas de España y de Chile, principalmente en la región de Atacama y los salares andinos. El resultado arroja que las 'Arcellinida' -- un tipo de ameba que se caracteriza por tener una concha, como un caracol-- son capaces de colonizar y sobrevivir en hábitats tanto dulces como salados, según informa RJB-CSIC en un comunicado.

   La investigación indica que las lagunas saladas de interior son hábitats muy particulares: sus aguas no tienen conexión directa con el mar, pero sin embargo son saladas ya que los afluentes llevan sales disueltas del suelo a la laguna y el agua se evapora, sin haber ningún río que salga de la laguna y se lleve las sales, por lo que con el paso del tiempo (cientos o miles de años), la salinidad va aumentando.

   Las altas fluctuaciones de temperatura y salinidad hacen de estos ecosistemas unos ambientes extremos, que pocas especies vegetales o animales han logrado colonizar. Por esta razón, los organismos que allí viven tienen pocos competidores como las citadas amebas tecadas que tienen vía libre para diversificarse especializándose en los múltiples microhábitats presentes en estos entornos heterogéneos.

   "Nuestro equipo investigador ya había estudiado en 2023 lagunas saladas que se encuentran en los municipios de Pétrola, en la provincia de Albacete, y Ocaña, en Toledo. Allí describimos cuatro nuevas especies, dos en cada uno de estos territorios de Castilla-La Mancha. Sabiendo que Arcellinida había sido capaz de hacer esta transición a través de la 'barrera de la salinidad' en estos ambientes salinos, se realizó un estudio a gran escala, con un mayor muestreo", explica el investigador del Real Jardín Botánico-CSIC, Fernando Useros.

   Así, el estudio ha determinado una alta diversidad de estos organismos en lagunas saladas continentales. "Se encontraron 220 especies/OTUs de Arcellinida en lagunas saladas. De esas 220, únicamente siete se encontraron también en muestras de agua dulce. Además, la gran mayoría de ellas, casi un noventa por ciento, se encontraron en un único lugar, lo que indica que estas lagunas tienen un alto nivel de endemismo", añade Useros.

   Estas especies se encuentran en distintos puntos del árbol evolutivo de los 'Arcellinida', "lo que indica que ha habido múltiples colonizaciones de estos ambientes salados por parte de organismos de agua dulce". "De ahí que, el siguiente paso sea estudiar los genes implicados en estas diferentes adaptaciones lo que podría resultar muy interesante", apunta el científico del RJB-CSIC Enrique Lara, director del proyecto 'Myxotropic'.

   El por qué estos organismos han llegado a colonizar estos hábitats salados tiene una explicación que ofrece el propio Lara: "Las Arcellinida son prácticamente ausentes del océano, mientras que son muy diversas en lagunas saladas del interior. Puesto que la salinidad y las condiciones adversas no parecen afectarles, lo más probable es que la falta de competidores ha sido clave en su proceso de diversificación".

   "Este caso sucede también con animales, como por ejemplo los Anóstracos, pequeños crustáceos que comparten estos hábitats con las Arcellinida, y ausentes en el mar", precisa.

   El equipo investigador que estudia estos organismos y los hábitats en los que se encuentran considera "esencial e imprescindible" preservar estos ambientes, muchos de ellos amenazados en la actualidad por la contaminación, la minería, la sobreexplotación de acuíferos, con la consiguiente desecación, o la disminución de sus caudales por las bajas precipitaciones, como consecuencia del cambio climático.

   A su juicio, la desaparición de estas lagunas y los organismos que las habitan supondría una pérdida irreparable para la biodiversidad y el conocimiento científico.

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