Publicado 11/08/2025 10:11

Microseñales de reorganización fundamental de la vida en la Antártida

Fitoplancton antártico, como las diatomeas y Phaeocystis antarctica
Fitoplancton antártico, como las diatomeas y Phaeocystis antarctica - ROBERT STRZEPEK, AAPP

   MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -

   La diatomeas, fitoplancton rico en energía, preferido por el krill del que se alimentan los cetáceos, están siendo desplazadas en muchas zonas de la Antártida por especies más pequeñas y menos nutritivas.

   Un estudio que abarca casi tres décadas, publicado en Nature Climate Change, documenta un cambio significativo en las especies de fitoplancton marino, que constituyen el primer eslabón de la cadena alimentaria oceánica.

REORGANIZACIÓN DE LA VIDA EN LA ANTÁRTIDA

   "Podríamos estar presenciando una reorganización fundamental de la vida en la Antártida", afirmó en un comunicado el autor principal, el Dr. Alexander Hayward, climatólogo del Centro Nacional de Investigación Climática del DMI (Instituto Meteorológico Danés).

   "Las diminutas algas que constituyen la base de la red alimentaria antártica están cambiando de maneras que podrían repercutir en todo el ecosistema, desde el kril hasta las ballenas, y alterar la forma en que el océano contribuye a regular nuestro clima".

   Las implicaciones de un cambio de diatomeas hacia haptofitas y criptofitas implican una menor disponibilidad de alimento para el kril, lo que afectaría a pingüinos, focas y ballenas barbadas que dependen del kril.

   El fitoplancton, similar a las plantas, absorbe dióxido de carbono mediante la fotosíntesis. Las diatomeas, con densos esqueletos de silicio, se hunden rápidamente y arrastran carbono a las profundidades oceánicas. Las haptofitas y criptofitas no secuestran carbono en la misma medida.

   La investigación se basó en un conjunto de datos de 14.824 muestras de campo de pigmentos de fitoplancton (las clorofilas y carotenoides que impulsan la fotosíntesis) recolectadas principalmente durante los meses de verano en el Océano Austral, alrededor de la Antártida, entre 1997 y 2023.

   "Este estudio destaca la importancia del muestreo de campo rutinario y oportunista: tomar una muestra de agua de vez en cuando y observar su contenido", afirmó el coautor Simon Wright, biólogo marino del Instituto de Estudios Marinos y Antárticos de la Universidad de Tasmania. Con el tiempo, se genera una valiosa base de datos.

   Mediante aprendizaje automático avanzado, se analizó esta base de datos para calcular las proporciones de los principales grupos de algas en función de sus pigmentos marcadores conocidos.

   Estos resultados se combinaron con datos satelitales (como el color del océano en las floraciones de algas, la concentración de hielo marino y la temperatura superficial del mar), las condiciones ambientales (utilizando el modelo bioquímico ECCO-Darwin de la NASA, que incluye el ciclo del carbono, los nutrientes, el oxígeno y la alcalinidad) y mediciones de campo para modelar los grupos de fitoplancton en el Océano Antártico durante un período de 26 años.

   "Nuestro análisis mostró que, de 1997 a 2016, se produjeron importantes reducciones en las poblaciones de diatomeas a medida que aumentaba el hielo marino", afirmó el coautor, el Dr. Pat Wongpan, científico especializado en hielo marino de la Asociación del Programa Antártico Australiano en la Universidad de Tasmania.

   "Las diatomeas fueron reemplazadas por haptófitas y criptofitas, que se alimentan con mayor eficacia de las salpas gelatinosas, que son un alimento deficiente para la fauna y menos eficientes en el transporte de carbono".

   Durante el período de estudio, el contenido de hierro (un micronutriente importante para el fitoplancton) en las aguas superficiales disminuyó y las temperaturas aumentaron, un efecto que afectó especialmente a las diatomeas, que requieren hierro. Las criptófitas y las haptófitas dependen menos del hierro y, por lo tanto, se adaptan mejor al entorno modificado.

SE ACENTUÓ DESPUÉS DE 2016

   Los cambios en las comunidades de plancton se acentuaron después de 2016, cuando la Antártida experimentó una drástica reducción de la extensión del hielo marino. Las tendencias se revirtieron, con un repunte de las diatomeas y un marcado crecimiento de las criptófitas, lo que indica un cambio de régimen relacionado con el hielo marino, el suministro de hierro y el calentamiento.

   Si bien el fitoplancton es fundamental para la emblemática red trófica marina antártica y para la bomba biológica de carbono, los cambios a largo plazo en la composición de su comunidad son poco conocidos. Este novedoso estudio pretende cambiar esta situación, según los autores.

   "Nuestra investigación documenta un cambio en el sistema ecológico del océano polar austral causado por el cambio climático, que podría influir en el clima a través de un mecanismo de retroalimentación".

   "El dióxido de carbono que de otro modo se almacenaría en las profundidades oceánicas podría ahora liberarse de nuevo a la atmósfera", afirmó el Dr. Hayward. "La correlación observada entre los cambios en las comunidades de fitoplancton y el cambio de régimen asociado a las tendencias en la cobertura del hielo marino pone de relieve la sensibilidad del ecosistema marino antártico al cambio climático", concluye el artículo.

Contador